
Spotify se ha convertido en uno de los referentes más destacados del streaming musical, consolidando su posición en la industria. En los últimos meses, ha sido protagonista tanto por su papel en la evolución del sector como por las polémicas relacionadas con la inteligencia artificial y las decisiones de su CEO. La plataforma sueca enfrenta desafíos inéditos que ponen a prueba su relación con artistas, usuarios y el concepto de creación musical en la era digital.
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en la música, junto con movimientos internos como la inversión de Daniel Ek en empresas tecnológicas de defensa, han generado debates éticos, retiradas de catálogos y controversias sobre qué significa, hoy, ser artista en el universo digital. Todo esto ocurre mientras Spotify impulsa nuevas tendencias de consumo y explora formatos como podcasts, playlists virales y experiencias inmersivas que mantienen a la plataforma en la vanguardia del sector audiovisual.
El fenómeno de las bandas generadas por inteligencia artificial en Spotify

La aparición de grupos musicales completamente creados por IA ha puesto a prueba la capacidad de Spotify para regular y garantizar la autenticidad de su catálogo. Un ejemplo destacado ha sido The Velvet Sundown, un supuesto grupo de folk que alcanzó más de 850.000 oyentes mensuales en Spotify. Ni sus integrantes existen, ni su música ni sus imágenes son producto del trabajo humano; todo, desde las fotos hasta las canciones, ha sido generado con plataformas de IA como Suno.
Expertos y medios destaparon cómo esta banda logró incluirse en numerosas playlists populares gracias a perfiles coordinados, generando polémica. La controversia creció al conocerse el uso de un portavoz ficticio y declaraciones contradictorias en redes sociales por parte de los supuestos responsables del grupo. Plataformas rivales, como Deezer, llegaron a marcar el contenido como «100% generado por IA».
Se debate ahora sobre la delgada línea entre creatividad y simulación. La facilidad para producir música con estas tecnologías y la dificultad para distinguir obras auténticas de las generadas artificialmente generan inquietudes entre artistas y colectivos de derechos de autor. Figuras como Elton John o Dua Lipa han pedido marcos legales que eviten el uso de obras humanas para entrenar algoritmos, aunque la legislación avanza lentamente.
Controversias internas: la inversión de Daniel Ek en tecnología militar

La relación de Spotify con su comunidad artística se ha visto afectada por la inversión personal de su CEO, Daniel Ek, en Helsing, empresa dedicada al desarrollo de sistemas militares basados en IA. Aunque esta decisión se tomó a través de la firma de inversión Prima Materia y no está vinculada operativamente a Spotify, ha generado críticas y reacciones negativas en el sector musical.
Bandas como Deerhoof han decidido retirar su música en señal de protesta por el posible uso de IA en ámbitos militares y la ética en la vinculación entre la música y la tecnología bélica. Otros artistas han expresado posiciones similares, aunque figuras como Neil Young o Taylor Swift, tras episodios de boicot, han retornado a la plataforma ante su alcance global.
La polémica evidencia la dependencia de los artistas respecto a las grandes plataformas y las dificultades para controlar la distribución de su obra, ya que los derechos suelen estar gestionados por discográficas y distribuidoras.
Spotify como motor de tendencias: playlists, podcasts y el auge del audio digital

Pese a los desafíos, Spotify continúa liderando el avance del audio digital. Destaca por su capacidad para anticipar y seguir las tendencias musicales, como se refleja en la lista de canciones del verano 2025, dominada por géneros como afrobeat latino, reggaetón y pop español. Entre los éxitos están «La Plena – W Sound 05», «DROGA» de Mora y C Tangana, y «Verano Rosa» de KAROL G y Feid.
Otra fortaleza de Spotify es la integración de podcasts y otros contenidos de audio. Desde la pandemia de 2020, los podcasts han crecido exponencialmente, con programas como «Nadie Sabe Nada» o «La Ruina» liderando audiencias en España. Este formato, que permite escuchar episodios bajo demanda y explorar diversos géneros, se ha convertido en un elemento clave de su estrategia, además de ser un espacio importante para la publicidad digital.
En este contexto, la apuesta por la publicidad programática y el contenido de audio digital ha permitido a Spotify reforzar su posición frente a emisoras tradicionales, redes sociales y medios convencionales. La plataforma ofrece un entorno seguro, con visibilidad para las marcas y anuncios tanto en audio como en vídeo, lo cual resulta muy relevante para los anunciantes.
Presente y futuro del streaming: desafíos, IA y transformación del modelo musical
Spotify ha cambiado la forma en que se consume música, transformando el modelo económico e industrial del sector. El auge del streaming ha desplazado la venta de discos físicos y ha priorizado la monetización basada en reproducciones, modificando también la forma en que los artistas crean y promocionan su obra. Actualmente, las plataformas de streaming generan la mayor parte de los ingresos del sector y fomentan formatos breves y pegadizos para captar la atención digital.
Los retos legales y éticos continúan creciendo: la proliferación de contenido generado por IA, la dificultad para distinguir entre lo real y lo artificial, y la discusión sobre derechos de autor y retribución justa para los creadores. Spotify también explora nuevas vías, como conciertos, experiencias VIP y merchandising, que van más allá del streaming convencional.
El impacto de estas tendencias reafirma a Spotify como un referente en la industria musical. Sus decisiones sobre IA, innovación publicitaria y promoción de tendencias anticipan cambios que otros actores del sector adoptarán en el futuro. La combinación de streaming, podcasts, personalización y tecnología seguirá marcando la evolución de la música a nivel global.